Saleh al-Arouri, dirigente adjunto de Hamás, fue abatido por un avión no tripulado en los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá, un grupo libanés aliado de Hamás y respaldado por Irán, en un ataque atribuido a Israel, enemigo acérrimo de Hamas.
La muerte de un jefe de Hamas en Líbano elimina un nombre importante de la lista de los más buscados por Israel, pero podría llevar a los dirigentes del grupo palestino en el exilio a ocultarse aún más, obstaculizando los esfuerzos para negociar nuevos ceses del fuego en Gaza y la liberación de rehenes.
Saleh al-Arouri, dirigente adjunto de Hamas, fue abatido por un avión no tripulado en los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá, un grupo libanés aliado de Hamás y respaldado por Irán, en un ataque atribuido a Israel, enemigo acérrimo de Hamás.
Israel no ha confirmado ni desmentido su participación, pero el ataque ocurrió un mes después de que la cadena israelí Kan difundió una grabación en la que el jefe de la agencia de seguridad interior israelí Shin Bet prometía dar caza a Hamas en Líbano, Turquía y Qatar aunque le llevara años.